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lunes, 2 de noviembre de 2015

El subir y bajar de peso podría afectar la salud de tus huesos

Todos nos hemos planteado en numerosas ocasiones la necesidad de perder peso. Ya sea por razones de salud o porque físicamente no nos sentimos cómodos con esa grasa acumulada en el vientre o las caderas, es común fijarnos un plan de adelgazamiento.

Ahora bien… ¿Sabías que la pérdida de peso puede afectar de forma negativa en la fuerza y resistencia de nuestros huesos?

Así es. Todo dependerá de nuestro caso personal y la rapidez con la que perdamos peso. Te damos toda la información para que lo tengas en cuenta, y te sometas a adecuadas dietas cuidando siempre de tu salud.

Subir y bajar de peso: Un problema para nuestros huesos

Según la revista de la “Fundación nacional de osteoporosis“, adelgazar y, en concreto, esas oscilaciones de peso a lo largo de nuestra vida, afecta directamente a la densidad de los huesos. Poco a poco serán más frágiles.

¿A qué es debido?

Mucha gente mantiene la falsa creencia de que al perder peso dejamos de someter a nuestros huesos a esa carga excesiva que los puede debilitar. Y, desde luego, no le falta verdad a este dato. No obstante, hay que tener en cuenta otros muchos factores:

Es necesario perder peso de forma gradual y poco a poco. Si seguimos dietas muy restrictivas lo que hace el organismo ante la falta de reservas, es obtener energía directamente de huesos, cartílagos y músculos.

Las consecuencias  para la salud ósea pueden ser más graves cuando nos sometemos a dietas donde prescindimos de cualquier tipo de caloría. Hay que mantener un adecuado equilibrio a través de una dieta balanceada.

Si no consumimos nada de calorías y muy pocas proteínas, de inmediato disminuye el índice de calcio en el organismo y, a su vez, de vitamina D e incluso nuestros niveles de estrógenos.

Si nos encontramos ya en la edad menopáusica, los efectos serán aún más graves, y la pérdida de densidad ósea mayor.

Las dietas milagro, como ves, no existen. Es común que muchas personas lleguen a perder un peso considerable tras someterse a una dieta muy restrictiva. Ello les produce una primera alegría al ver cómo, de pronto, pueden entrar en tallas que hacía tiempo habían abandonado.

Ahora bien, toda dieta restrictiva trae consecuencias para la salud que hemos de tener en cuenta:

Decae nuestro ánimo.

Solemos recuperar el peso perdido en muy poco tiempo.

Las dietas restrictivas suelen afectar a nuestra salud intestinal, así como a la fortaleza de nuestros huesos.

Toda dieta debería ser personalizada, teniendo en cuenta nuestra edad y particularidades físicas. El consejo de médicos y nutricionistas siempre nos será de gran utilidad.

Cómo perder peso sin que se vean afectados nuestros huesos

Tal y como te hemos recomendado, lo ideal, antes de someternos por nuestra cuenta a seguir una dieta de adelgazamiento, es que pidamos consejo a los expertos. No es lo mismo tener 20 años que 60, ni tener diabetes que ser fumadora.

Cada persona presenta unas particularidades, y no a todos nos serán igual de útiles las recomendaciones que, por ejemplo, nos sugiera una amiga y que a ella le hayan dado buen resultado.

Ahora bien, existen unas pautas básicas que siempre deberemos respetar para que nuestros huesos no pierdan densidad.

No olvides pues aplicar estos sencillos consejos en toda dieta que decidas poner en práctica.

Toma el sol 20 minutos al día

Algo tan sencillo y elemental puede hacer mucho por nuestra salud. Evita las horas de máxima intensidad, pero no pases un día sin tomar “tu baño de luz”.

Intenta que la luz del sol te dé a las piernas o los brazos. De este modo, ayudaremos a nuestro cuerpo a obtener y asentar la necesaria vitamina D que cuidará no solo de la salud de los huesos, sino de procesos muy básicos en el organismo.

En los meses de invierno, puedes consultar con tu médico sobre la posibilidad de tomar suplementos de vitamina D.

Cubre tus dosis diarias de calcio

Antes de la menopausia necesitamos unos 1 000 mg al día. Después, entre 1 500 mg y 2 000 mg al día.

Podemos tomar suplementos.

Lo ideal es dividir las tomas en varios momentos a lo largo del día, porque es común absorber solo una pequeña cantidad de calcio, y perder el resto.

El calcio no solo se encuentra en los lácteos. No olvides que todas las verduras de hoja verde son excelentes fuentes de este mineral.

Solo dos tazas de café al día

Sabemos que te encanta el café y que no puedes pasar un día sin él. Y, desde luego, es un excelente modo de empezar el día, de despejarnos y, además, de cuidar de nuestro hígado.

No obstante, recuerda no excederte. ¿La razón? El café, así como los refrescos y las bebidas azucaradas, disminuye la masa ósea.

Sí a las cebollas

Este dato seguro que te interesa: Según un estudio, consumir cebollas de modo regular nos ayuda no solo a aumentar nuestras reservas de calcio, sino que, además, nos permite “asentar” parte de él sin perderlo.

La cebolla es un alimento rico en oligoelementos y minerales. Contiene 20 miligramos de calcio por cada 100 gramos. Así pues… ¿Por qué no incluirla en nuestras ensaladas?

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